La crítica interna: aliada de la por
Diu Claudio Naranjo, psiquiatra i pedagòg xilè, que les persones que sanen són les que aprenen a conèixer els seus desitjos i a respectar-los; les que se'n adonen que no necessiten viure amb un "policia interior" tan sever com la vida col·lectiva ens ha inculcat a travès de generacions.
La crítica interna, el policia interior, és una de les fonts de disconfort més important de la notra vida; funciona com una rutina de pensaments automàtics, que ens autodesqualifiquen i s'entesta en comparar contínuament el "com deurien ser" amb el "com som". El més sorprenent és descobrir la funció inconscient de la crítica interna: evitar els canvis i protegir -teòricament- del rebuig extern. És, doncs, una fantàstica aliada de la por.
Per aprofundir-hi us deixo aquests extractes del llibre de Bruno Moioli Emociónate , pàgines 137 a 142.
La crítica interna
¿En qué consiste esta autocensura o crítica patológica? Todas las personas tenemos una voz interna en forma de pensamientos que nos guían i que persiguen regular nuestros actos y objetivos. Incluso en ocasiones la verbalizamos y, aunque se ha dicho que "sólo los locos hablan solos", lo cierto es que todos hacemos esto con más o menos frecuencia. Esta voz suele aparecer de forma automática, si bien podemos dirigirla tomando conciencia de ella y su mensaje. Nos aporta mensajes que nos desvalorizan, que nos niegan capacidad y nos hacen estar a su merced provocando emociones negativas, dolorosas. De ahí la importancia que tiene ser conscientes de nuestro diálogo interno, y si éste nos ayuda y facilita vivir o por el contrario nos lo dificulta. ¿Cómo es tu voz interna? ¿Te critica de forma desmesurada o colabora contigo? ALgunas de las características de la crítica patológica son:
- Te hace responsable de lo que va mal, más bien te acusa de ello: "Tengo la culpa de todo".
- Te compara con quienes te rodean y siempre sales mal parado: "Todos lo hacen bien menos yo".
- Te exige que actúes como si fueras perfecto, cuando no lo consigues entonces te castiga: "Pero mira que soy torpe, me lo merezco".
- Te recuerda con frecuencia tus errores y fracasos, pero no tus logros: "He vuelto a fallar, siempre lo mismo".
- Te describe utilizando adjetivos despectivos y desvalorizantes: "Soy tonto, soy débil...".
- La crítica se repite tanto que acaba por ser automática y en numerosas ocasiones se entremezcla con otros pensamientos pasando desapercibida, pero dejando sus consecuencias en nosotros.
- Llegas a creer que sabes lo que los demás piensan o sienten respecto de ti: "Estoy seguro de que no me quiere, o pensará que no estoy a la altura"., etc.
Generalmente esta crítica se parece mucho a la recibida de esas personas influyentes en nuestra educación que nos han rodeado desde pequeños. Así la censura puede parecerse a la misma que nos hacía nuestro padre o nuestra madre, o tal vez alguna persona, y siendo ya adultos nos limitamos a repetirla en nuestro interior. Si una vez y otra me llegan mensajes diciendo que no puedo conseguir lo que me proponga, al final me convertiré en una persona que no consiga lo que se proponga, me lo creeré. Por el simple hecho de formar parte de mi pensamiento asumo la crítica como si fuera una verdad absoluta, sin pararme a pensar en lo cierto de la misma. Y ésta tampoco se para a reflexionar ni a explicarme por qué el simple hecho de repetir en mi cabeza una palabra, por ejemplo, "tonto", hace que, cuando esa palabra aparezca, todo el significado y reacción emocional asociados en experiencias anteriores emerjan con fuerza. Lógicamente, por un comentario de censura o prohibición que reciba de pequeño la autoestima futura no está comprometida. Para ello las críticas han de ser frecuentes y centradas en la persona, que no en la conducta. Esta diferencia es importantísima ya que lo que soy es muy distinto de lo que hago. Si además estas críticas tuvieron consecuencias emocionales como rechazo, ira o tristeza entonces la huella que dejan en nosotros es más persistente.
Si tan inútil es la crítica patológica y tanto daño nos hace, ¿por qué la mantenemos en nosotros?, ¿por qué nos cuesta tanto dejar de oírla o reproducirla? Principalmente la conservamos porque nos permite satisfacer algunas necesidades, y por tanto refuerza su presencia. ¿O sea, que es útil? Bueno yo no lo diría así. ¿Acaso crees que son útiles los cañonazos para matar moscas?, pues tu crítica actúa en tu interior como una andanada de cañonazos. A través de la crítica ponemos freno a las emociones que son dolorosas, aunque esto sea a costa de nuestra salud emocional. Lógicamente, cuando esto ocurre doy un poder tremendo a la crítica, la considero mi aliada, pero sin darme cuenta es una aliada que me controla y me impide ser feliz. ¿De qué forma? Pues por ejemplo:
- La crítica evita que cambies: el cambio y los nuevos proyectos conllevan dosis de inseguridad. La crítica genera en la persona temor al fracaso y eso hace que ésta se retire, reduciendo así su angustia mediante mensajes como "Todo va a salir mal...", "Más vale malo conocido que bueno por conocer", "Me voy a arrepentir...", etc.
La crítica "te protege del rechazo", o eso crees tú. Al anticiparte a un rechazo, sentimental o laboral, dando por hecho que ocurrirá, evitas su sufrimiento, pero ¿y si te equivocas? ¿Y si dejas pasar una magnífica oportunidad para realizarte?
La crítica "ayuda a digerir la culpa": en la medida en que te castiga, tu culpa se expía, te vas liberando de ella, sobre todo en nuestra cultura, en que la culpa está asociada a castigo. "Merezco lo que me está pasando, yo tengo la culpa y ahora me toca sufrir a mi". Puedes estar seguro de que trabajar la culpa desde el castigo puede ser extremadamente doloroso y en ocasiones interminable.
La crítica "te ayuda a mejorar", ya que todos tenemos dentro elemenos que no nos gustan, pero, como un apiraña, nunca está satisfecha.La crítica te exige, te fuerza a que te superes y busques más y más la perfección. Esto te permite avanzar, aunque al final el "batacazo" sea mayor, cuando descubras que es imposible de conseguir en muchísimas ocasiones, y entonces aparece la culpa o el autodesprecio.
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La crítica interna, el policia interior, és una de les fonts de disconfort més important de la notra vida; funciona com una rutina de pensaments automàtics, que ens autodesqualifiquen i s'entesta en comparar contínuament el "com deurien ser" amb el "com som". El més sorprenent és descobrir la funció inconscient de la crítica interna: evitar els canvis i protegir -teòricament- del rebuig extern. És, doncs, una fantàstica aliada de la por.
Per aprofundir-hi us deixo aquests extractes del llibre de Bruno Moioli Emociónate , pàgines 137 a 142.
La crítica interna
¿En qué consiste esta autocensura o crítica patológica? Todas las personas tenemos una voz interna en forma de pensamientos que nos guían i que persiguen regular nuestros actos y objetivos. Incluso en ocasiones la verbalizamos y, aunque se ha dicho que "sólo los locos hablan solos", lo cierto es que todos hacemos esto con más o menos frecuencia. Esta voz suele aparecer de forma automática, si bien podemos dirigirla tomando conciencia de ella y su mensaje. Nos aporta mensajes que nos desvalorizan, que nos niegan capacidad y nos hacen estar a su merced provocando emociones negativas, dolorosas. De ahí la importancia que tiene ser conscientes de nuestro diálogo interno, y si éste nos ayuda y facilita vivir o por el contrario nos lo dificulta. ¿Cómo es tu voz interna? ¿Te critica de forma desmesurada o colabora contigo? ALgunas de las características de la crítica patológica son:
- Te hace responsable de lo que va mal, más bien te acusa de ello: "Tengo la culpa de todo".
- Te compara con quienes te rodean y siempre sales mal parado: "Todos lo hacen bien menos yo".
- Te exige que actúes como si fueras perfecto, cuando no lo consigues entonces te castiga: "Pero mira que soy torpe, me lo merezco".
- Te recuerda con frecuencia tus errores y fracasos, pero no tus logros: "He vuelto a fallar, siempre lo mismo".
- Te describe utilizando adjetivos despectivos y desvalorizantes: "Soy tonto, soy débil...".
- La crítica se repite tanto que acaba por ser automática y en numerosas ocasiones se entremezcla con otros pensamientos pasando desapercibida, pero dejando sus consecuencias en nosotros.
- Llegas a creer que sabes lo que los demás piensan o sienten respecto de ti: "Estoy seguro de que no me quiere, o pensará que no estoy a la altura"., etc.
Generalmente esta crítica se parece mucho a la recibida de esas personas influyentes en nuestra educación que nos han rodeado desde pequeños. Así la censura puede parecerse a la misma que nos hacía nuestro padre o nuestra madre, o tal vez alguna persona, y siendo ya adultos nos limitamos a repetirla en nuestro interior. Si una vez y otra me llegan mensajes diciendo que no puedo conseguir lo que me proponga, al final me convertiré en una persona que no consiga lo que se proponga, me lo creeré. Por el simple hecho de formar parte de mi pensamiento asumo la crítica como si fuera una verdad absoluta, sin pararme a pensar en lo cierto de la misma. Y ésta tampoco se para a reflexionar ni a explicarme por qué el simple hecho de repetir en mi cabeza una palabra, por ejemplo, "tonto", hace que, cuando esa palabra aparezca, todo el significado y reacción emocional asociados en experiencias anteriores emerjan con fuerza. Lógicamente, por un comentario de censura o prohibición que reciba de pequeño la autoestima futura no está comprometida. Para ello las críticas han de ser frecuentes y centradas en la persona, que no en la conducta. Esta diferencia es importantísima ya que lo que soy es muy distinto de lo que hago. Si además estas críticas tuvieron consecuencias emocionales como rechazo, ira o tristeza entonces la huella que dejan en nosotros es más persistente.
Si tan inútil es la crítica patológica y tanto daño nos hace, ¿por qué la mantenemos en nosotros?, ¿por qué nos cuesta tanto dejar de oírla o reproducirla? Principalmente la conservamos porque nos permite satisfacer algunas necesidades, y por tanto refuerza su presencia. ¿O sea, que es útil? Bueno yo no lo diría así. ¿Acaso crees que son útiles los cañonazos para matar moscas?, pues tu crítica actúa en tu interior como una andanada de cañonazos. A través de la crítica ponemos freno a las emociones que son dolorosas, aunque esto sea a costa de nuestra salud emocional. Lógicamente, cuando esto ocurre doy un poder tremendo a la crítica, la considero mi aliada, pero sin darme cuenta es una aliada que me controla y me impide ser feliz. ¿De qué forma? Pues por ejemplo:
- La crítica evita que cambies: el cambio y los nuevos proyectos conllevan dosis de inseguridad. La crítica genera en la persona temor al fracaso y eso hace que ésta se retire, reduciendo así su angustia mediante mensajes como "Todo va a salir mal...", "Más vale malo conocido que bueno por conocer", "Me voy a arrepentir...", etc.
La crítica "te protege del rechazo", o eso crees tú. Al anticiparte a un rechazo, sentimental o laboral, dando por hecho que ocurrirá, evitas su sufrimiento, pero ¿y si te equivocas? ¿Y si dejas pasar una magnífica oportunidad para realizarte?
La crítica "ayuda a digerir la culpa": en la medida en que te castiga, tu culpa se expía, te vas liberando de ella, sobre todo en nuestra cultura, en que la culpa está asociada a castigo. "Merezco lo que me está pasando, yo tengo la culpa y ahora me toca sufrir a mi". Puedes estar seguro de que trabajar la culpa desde el castigo puede ser extremadamente doloroso y en ocasiones interminable.
La crítica "te ayuda a mejorar", ya que todos tenemos dentro elemenos que no nos gustan, pero, como un apiraña, nunca está satisfecha.La crítica te exige, te fuerza a que te superes y busques más y más la perfección. Esto te permite avanzar, aunque al final el "batacazo" sea mayor, cuando descubras que es imposible de conseguir en muchísimas ocasiones, y entonces aparece la culpa o el autodesprecio.
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